Corría el año 1972 cuando un chico oriundo de Oklahoma se peleaba a puro arte marcial con Bruce Lee, el maestro de dicha disciplina. La mítica película The way of the dragon los muestra a estos dos íconos, en pleno Coliseo Romano, lanzando las mejores patadas que haya visto alguna vez el cine.
Un dato increíble es que las escenas de pelea de Bruce Lee tuvieron que ser ralentizadas. Al parecer, el mejor artemarcialista de todos los tiempos tenía movimientos tan rápidos que la cámara no llegaba a tomarlos bien.
Fuente: History