Tenía sólo 14 años cuando se bajó de un tren para desaparecer en el campo para siempre. Unos años después fue que se supo que Pedro Luca seguía vivo, pero en una cueva que se convertiría en su morada.
La violencia y el alcohol arruinan al hombre. Prefiero el campo, admite Pedro, que vive en su cueva junto a 11 gallos y dos cabras que, no sólo le hacen compañía, sino que además son parte del extenso bicherío del monte que se refugia en su cueva.
La salud de Pedro es envidiable: a sus 79 años, sólo se le puede cuestionar su dentadura y su piel algo dañada por el sol. El pueblo de San Pedro de Colalao, en Tucumán, adonde Pedro baja de vez en cuando para visitar algunas tiendas, lo reconocen como un muy buen hombre, y los escolares hasta visitan su cueva como una atracción más.
¿Vos cuánto aguantarías en una cueva?
Fuente: Los Andes