105 años no se cumplen todos los días. Por eso, el centro de abuelos donde vive Ivena Smailes decidió festejarlos a lo grande, cumpliendo el excéntrico, pero muy valido pedido de la ancianita.
Así fue como un bombero tatuado, tal como había solicitado Ivena, fue el encargado de llevarle su torta para que soplara las velitas.
Para su cumpleaños del año pasado intentó hacernos subir a un árbol. Siempre trata de encontrar algo que no podemos hacer, contó una de las trabajadoras del centro.
Una divina, sin dudas.
Fuente: Diario Qué