Abel Trillini, de 39 años, tiene una misión cada mañana: levantarle el ánimo a los automovilistas, atrapados en el tránsito de la ciudad de Mendoza.
Con carteles motivadores, Abel aprovecha cada semáforo para inspirar a los que se encuentran al volante, compartiendo buena onda y sacando más de una sonrisa. Empecé hace un mes porque me di cuenta de que lo tradicional no funciona para mejorar las cosas. Le ponemos leoneras a las casas, cuatro filas más de ladrillos, tres cerraduras, nos enrejamos y no alcanza para vivir tranquilos. Entonces quise ver si esto funciona, ¡y vaya que funciona!, contó Abel, que además confiesa que su actividad es terapéutica.
¿Creés que necesitamos más gente como él?
Fuente: Los Andes