Qué bello poder ejecutar una venganza que uno se ha estado guardando por años. Nick Stafford sólo quería registrar su auto nuevo, pero los empleados de la oficina local decidieron no atenderle el teléfono. ¿Qué pasó después? Una lluvia de centavos.
En 300.000 monedas de 1 céntimo Nick consiguió cubrir el pago, arruinándole el día a estos funcionarios, tal como se lo habían arruinado a él.
Lo que se dice, un hombre que no olvida.
Fuente: Buzzfeed