No sabemos bien cuándo empezó este exceso de entusiasmo con los unicornios, pero lo cierto es que hay miles de fanáticos en el mundo que se compran almohadones, peluches y remeras con el animal imaginario como protagonista. En el medio de esta fiebre inexplicable, alguien se dio a la jugada tarea de inventar una vela de unicornio que, claro, llora en colores.
Porque las lágrimas de los unicornios jamás podrían ser incoloras.
Fuente: Cultura Inquieta