El sueño del pibe: comprar un sillón que es una ganga y que, encima, te venga con un terrible tesoro escondido entre los almohadones.
Una mujer canadiense hizo el negocio de su vida cuando adquirió este sillón de segunda mano en una venta vecinal. Porque además de que el mueble en cuestión estaba en muy buen estado, entre los almohadones se encontraba terrible sorpresa: un Rolex perdido que, en principio, la mujer atribuyó a su padre, quien negó ser dueño del mismo.
La familia acudió a una joyería cercana a su domicilio donde les informaron de que se trataba de, nada más y nada menos, que de un Rolex Daytona 6241 Paul Newman una pieza de coleccionista, de la que hay solo 3.000 en el mundo, y que es considerado el reloj más caro del mundo después de que una pieza similar fuese subastada en 2017 por 17 millones de dólares. Finalmente, la familia lo vendió por 250.000 dólares, ¡pero qué negoción!