Dichosos los ciudadanos belgas que verán salir cerveza de su grifo, literalmente. Lo que comenzó como un desafío a los fanáticos locales, se ha convertido en una realidad gracias a una obra de ingeniería de 3 kilómetros de extensión.
La marca Brugse Zot fue la abanderada del proyecto, quien junto a las colaboraciones de varios adeptos a la birra consiguió hacer de este sueño etílico una realidad.
Hay que estar un poco loco, como la cerveza, para un proyecto así. Simplemente tenía el dinero para ello y me gustaba. De modo que me volví loco y di el dinero a la cervecera, contó Philippe Le Loup, propietario de un restaurante de Brujas, que fue capaz e donar 11.000 dólares a la causa. ¿Mudanza urgente?
Fuente: TN