Suena Mozart de fondo, y los impávidos colores del agua transparente nos movilizan. Sin embargo, lo que sucede está lejos de ser hermoso. La muchacha en cuestión se raja, lo que llamaremos, un sordo acuático. Y el slow motion convierte semejante acto gaseoso en una verdadera obra de arte. O al menos así lo cree el artista Micky Zilbershtein.
¡Ideal para empezar la temporada de pile!
Fuente: No puedo creer