Con las manos en el caño

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Acertadas eran las sospechas de este hombre español que comenzó a desconfiar de su mujer cuando vio que llamaba demasiado seguido al plomero del barrio. Al parecer, no había ningún cuerito ni cañería para arreglar, sino ganas de entrarle a la hora de la siesta.

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Cual detective, el señor se encargó de colocar una cámara que terminó probando la fechoría de la señora. ¿El video? Lo subió a YouTube y acá lo tenemos.

Fuente: Minuto Uno

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