Cuando nuestros agentes llegaron vieron que el ángel caído era en realidad una muñeca, un juguete sexual, comentó una de las autoridades encargada de investigar qué clase de figura religiosa causaba tanto revuelo en un remoto pueblito de Indonesia. Al parecer, un habitante de la zona llamado Pardin encontro la muñeca después de un eclipse. Los eclipses son considerados momentos de gran espiritualidad por la religión predominante en Indonesia, lo que hizo que el muchacho conectara la extraña aparición del juguete con el fenómeno solar.
Creyendo que la muñeca era una suerte de ángel caído, Pardin la llevó a su cada, donde la rellenaron, la vistieron y la cuidaron durante días. Allí no tienen internet, no saben lo que es un juguete sexual, explicaron las autoridades. Desde dónde habrá volado la muñeca, ¿no?
Fuente: Crónica Web