Este pibe era acusado de mala conducta, pero resulta que sus habilidades tenían valor, tanto que ahora le pagan por garabatear.

Estaba en la escuela frustrado por las pocas horas de dibujo, así que se dedicaba a garabatear en la pizarra y en la mesa en clase, explicó el papá de Joe Whale, un pendex que terminó trabajando para un restaurante como garabateador de paredes oficial.

Uno de los maestros de Joe, quien se percató de la admirable técnica del menor, colgó alguno de sus dibujos en las redes sociales, lo que llamó la atención de los dueños del restaurante que terminaron contratándolo.

Los progenitores habían metido a su hijo en clases de dibujo, y con su beneplácito y el de su profesor, permitieron al pequeño asistir después del colegio a trabajar en un mural con el que decoró las paredes del establecimiento. Aconsejaría a los padres que alienten a sus hijos a seguir siempre su pasión y sueños, terminó el papá, orgulloso de su hijo rebelde.