El chocolate, el asado, el vinito y la familia reunida. Cosas hermosas que pasan en Pascuas

Y después están los conejos…

Un personaje, quizás, incluido por nuestros amigos del norte, pero que se cobra cada vez más protagonismo por estos lares también. Por suerte, todavía no vemos este tipo de disfraces dando vueltas por la ciudad, aunque no debe faltar mucho. Los niños, como de costumbre, son los primeros en notar que algo no anda bien. Y sus rostros sinceros lo demuestran claramente, sin importar que arruinen la foto de portaretrato o que quien se encuentre detrás del disfraz se ofenda.

¿Vos te sacarías una foto con ellos?