Siempre está el amigo buchón que sube esa foto en la que justo tenemos un moco. O el pelo volado, o cara de siome. Porque con este fanatismo de subir fotos sin parar, este compartir incesante, la gente se pone como loca. Y, tal como prueban estas fotos, ni siquiera miran lo que van a publicar. Víctimas del flash, si las hay.
Fuente: Upsocl