Las listas de espera en los hospitales públicos del primer mundo también pueden ser extenuantes. Si no, mirá lo que le pasó al ingeniero británico Graham Smith, a quien los médicos habían dejado un pedazo de nylon en el interior durante una operación previa.
Decidido, el hombre pidió prestados implementos a un amigo odontólogo, h consiguió abrir por sí mismo la sutura para retirar el objeto extraño. Por suerte, le salió bien, pero recomendó no hacerlo en casa.
Jugadísimo, ¿no?
Fuente: Diario Qué