Una pequeña ciudad del este de Canadá se vio forzada a cambiar su tranquila rutina cuando un iceberg de 150 pies llegó surcando el océano.
Ferryland, como su nombre lo indica, se encuentra muy cerca del mar, y ha cobrado una inusitada fama gracias la imponente piedra marina que ha decidido detenerse frente a sus costas hasta sabe Dios cuando.
Este iceberg es aún más grande que aquel que en 1912 rozó el Titanic, ocasionando su hundimiento. Por suerte, esta vez, parece no haber hecho más que causar muy buenas selfies.
Fuente: Bored Panda