El 1 de abril es el equivalente inglés al día de los inocentes que festejamos el 28 de diciembre. Una fecha que, sin dudas, marcó la vida de Benjamin Chope, un empleado gracioso por demás. Muy dedicado él, se encargó de meter 30 pastillas de Viagra en pasteles de gelatina que luego repartió a sus jefes.
Después de la consecuente intoxicación general, Benjamin fue investigado y se dio con sus inusuales compras del medicamento por Internet. No sólo fue condenado a trabajos humanitarios, sino que también fue despedido.
Los jefes no tienen taaanto sentido del humor, ¿no?
Fuente: Diario Qué