Lawrence John Ripple no estaría teniendo un buen matrimonio. Tanto es así, que prefirió entregarse después de robar un banco, que volver a la casa con su mujer, con la que lleva 33 años de matrimonio. Según cuentan los testigos, el hombre habría pedido el dinero del banco, para luego quedarse sentado esperando a las autoridades.
La paciencia de Lawrence se habría colmado cuando su mujer le pidió que arregle una secadora, y ahora enfrenta la posibilidad de pasar 20 años preso, aunque lejos de su enemiga íntima.
¿No sabía que existían los divorcios?
Fuente: Playgroundmag