Tiernos como pocos en el reino animal, los bebitos de hipopótamo vienen a coparle la parada a los clásicos mini perros y mini gatos. Los pequeños, pero pesados, entran a la contienda con un combo fatal: patas muy grandes, cara muy dulce, y unas orejas capaces de derretir hasta al corazón más congelado.
Sí, hasta el Señor Burns los amaría.
Fuente: Bored Panda