Uno espera ansiosa el regalito del día de Cupido. ¿Será una joya? ¿Serán bombones? ¿Será una noche en un hotel de lujo, con la cama adornada de pétalos, música romántica y el mejor champagne que el dinero pueda comprar? Después, viene la realidad, y el enamorado cae con este tipo de obsequios. Y bueno, lo importante es la intención, ¿o no?
Fuente: Upsocl