Todos tenemos debilidades, y la ortografía, por qué no, puede ser uno de ellos. Los horrores en los tildes y las letras correctas son más frecuentes desde que la bendita Internet vino a cambiar nuestra vida, y ni hablemos de los crímenes literarios que se cometen vía WhatsApp. Mirá estas pobres víctimas del deletreo, y sentite más culto que Borges y Casares juntos.
Fuente: Buzzfeed