Hace 10 años, en una tarde de sol, Debra Suierveld y sus hijos jugaban en la plaza junto a la más reciente miembro de su familia: una labrador negra que habían bautizado Abby. Ubicada en Apollo, Pennsylvania, la casa de Debra poseía un patio trasero donde solían divertirse todos juntos. En algún punto de la tarde, Abby, de tan sólo 1 año, salió corriendo, para jamás regresar.

¿Ya estás moqueando? Yo sí.

La familia, después de buscar incansablemente durante semanas, tuvo que aceptar que su perrita había muerto o desaparecido. Dos escenarios igual de sombríos. La vida siguió, los años pasaron, pero al parecer Abby nunca se olvidó de su familia.

Según nos cuenta Bored Panda, 10 años después, Debra recibe una llamada imposible: habían encontrado a su mascota Abby, a 12 kilómetros de la que alguna vez fuera su casa. A través de un chip de reconocimiento que la familia le había implantado de cachorra, los veterinarios de una casa para perritos abandonados habían conseguido dar con su información, posibilitando el esperado reencuentro.

¡Y finalmente Abby volvió! Y por supuesto que se acordaba de todos (es un perro, los seres más cariñosos del planeta Tierra, ¿qué esperabas?)

Esta noticia es más dulce que mi helado de chocolate repostero…