Creo en la reciprocidad, dice Alexandre Callet, dueño de un popular restaurante francés que le ha negado la entrada a los banqueros. ¿Por qué? Al parecer, el orgulloso dueño tomó esta decisión después que todos los bancos de su país le negaran el préstamo de 70 mil euros que necesitaba para abrir una nueva sucursal. Siempre que queremos iniciar un negocio, tenemos que ponernos en cuatro patas. Nunca he tenido problemas financieros y, sin embargo me encuentro en esta situación. Los banqueros no están haciendo su trabajo. Por eso es que tenemos tantas empresas en Francia que tienen que recurrir a la financiación colectiva. Francia tiene problemas para entender esto, cuenta Callet, quien también tuvo problemas de financiación cuando abrió su primer local.
Un cartel colocado en su vidriera reza: se aceptan perros, pero no banqueros, lo cual resume bastante bien la situación. ¿De cuántas delicias se perderán los muchachos de finanzas? Habría que ir a probar.
Fuente: Periodismo.com