Algo se retorcía en la cabeza de este paciente en Bangkok. Lo que tenía adentro dejó a todos sin aliento, incluyendo a doctores y conocedores de la materia.
Este fue mi último caso del día… Estoy muy confundida. ¿Como hizo esta lagartija para meterse en tan pequeño orificio de una oreja?, se preguntó la Dra. Nghanthavee, de 25 años, cuando descubrió que lo que ocasionaba el agudo dolor de oído que presentaba su paciente era, nada más y nada menos, que una lagartija retorciéndose adentro de su canal auditivo.
Después de anestesiado el paciente, una enfermera con muchísima destreza se encargó de tomar unas pinzas y rescatar (?) al pequeño gecko que yacía dentro de la oreja de este señor. Vale aclarar, para meterle más emoción a la cosa, que el animal estaba de hecho VIVO dentro de tan reducido espacio. Un animal pequeño, pero cuyas proporciones son demasiado considerables para poder ingresar por el oído de una persona. Al día siguiente, otro médico se encargó de chequear que ningún resto de la cola de este reptil hubiera quedado dentro del oído del paciente, quien finalmente volvió a su hogar aliviado y contento tan solo horas después.
Muy comunes en Tailandia, los geckos son localmente llamados Jing Jok. Animales muy pacíficos que no suelen tratar de meterse en los agujeros de la gente, por lo que el comportamiento de este les resultó sumamente raro a todos los profesionales, especialmente porque más tarde se descubrió que el animal sobrevivió 3 días en el oído del señor.
Qué querés que te diga, es un asco…