Samantha no es sólo una cara bonita. Es, además, una inteligencia artificial considerable, capaz de reconocer gestos familiares, cariño humano, y hasta orgullosa dueña de un punto G de mentirita.
Tal como se ve en el video, este robot de ojos verdes y piel morena, está diseñada para agradar y generar vínculos con sus acompañantes humanos.
Más creepy aún, Samantha disfruta de que le den besos, y claro, de mantener contacto picante.
No sé a ustedes, pero a mi esto me da bastante miedo.
Fuente: Mirror