Una nueva entrega de los más arrepentidos del verano…
No pasaron vergüenza barrenando una ola, ni tomaron de más en el barcito del balneario. Pero cuando llegó el momento de pararse de la lona, inmediatamente se dieron cuenta que todos los bañistas los miraban con pena. Después, vendría el dolor y los 100º corporales que todos alguna vez sufrimos, simplemente por ponernos demasiado rápido el protector o por elegir bikinis de dudosa formita.
¡Seguimos riéndonos del verano!