Una brasileña, quien padece el síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser, nació sin órganos reproductivos. Por eso la joven de 23 años fue sometida a una cirugía y se convirtió en la primera mujer del mundo a la que increíblemente le reconstruyeron la vagina con piel de pescado.
El cuerpo de Jucilene Marinho absorbió la piel, que actuó como células madres y se transformó en un tejido celular parecido al de una vagina común y corriente. Tardó tres meses en recuperarse y finalmente los médicos le permitieron tener relaciones sexuales con su novio.
“Fue un momento maravilloso, porque todo pasó a la perfección. No sentí dolor, sólo mucho placer y satisfacción”, confesó Jucilene. “El sexo fue perfectamente natural, como si la abertura siempre hubiera estado ahí”, agregó. Su novio, mientras tanto, estaba tan chocho como ella.