Mark Rober, un ex ingeniero de la NASA, se dio a la titánica tarea de construir y dar vida a la pistola de agua más grande del mundo. Todo un regalazo para el próximo día del niño…
El peculiar juguete mide más de 2 metros con una velocidad de 391 kilómetros por hora. Una potencia considerable como para, incluso, romper sandías, reventar vidrios o destrozar una lata de gaseosa.
De más está decir que Mark y su colosal invención a entraron en el Guinness de los records, aunque habrá que esperar para ver la super pistolota en las vidrieras de todas las jugueterías.
¿Cómo la ves para el próximo verano?