Injustamente condenado, el carancho hoy tiene un representante que conmueve a grandes y chicos. ¿El problema? Está desaparecido.

Lo llamaban Pancho. Ocasionalmente Hércules. Este carancho, rescatado de un nido durante una tormenta, se había convertido en la peculiar mascota de Diego, quien lo alimentó desde chiquito. El animal, que comía con los perros del hogar porque no sabía cazar, se había convertido en la delicia de las redes sociales por sus curiosos hábitos. Por ejemplo, tomaba mate. 

Al principio nos asustamos, pero después nos dimos cuenta que era mansito, comenta uno los miembros de la familia, preocupados todos por la extraña desaparición del animal. Yo no lo tenía encerrado, era libre, dice Diego, esperando que Hércules retorne pronto para una nueva mateada.

¿Adónde se habrá ido?