Cuando pensamos en cosméticos, muchos de ellos cuestan una fortuna, y ni hablar de los que causan picazones o maltratan a los animales. Por eso, Lynn Lew optó por un nuevo camino, que involucra a su perro y a un vasito.
Sí, Lynn se toma el pis de su mascota. Literalmente.
Según le cuenta Lynn a El Mirror inglés, beberse la orina de su perro la ha ayudado a combatir la depresión, la tristeza crónica y hasta el acné. 100% convencida de las propiedades de su curioso brebaje, Lynn asegura que la orina canina contiene vitamina A, vitamina E y hasta 10 gramos de calcio. Toda una revelación.
No obstante, los médicos afirman y reafirman que tomarse la orina es una locura. Principalmente, porque esta sustancia contiene todos los residuos que justamente el cuerpo no quiere conservar. ¡Polémica!